Bertucci en el Ruedo

Hay una vieja profecía dada en los años 80, sobre una voz imparcial que luchaba para hacerse oír llamando a sensatez y reconciliación, pero la presencia de voces contrarias procuraban acallarla haciendo caso omiso de la misma y de repente esa voz fue lanzada al ruedo y se hizo un gran silencio y a continuación se desató un poderoso avivamiento en toda Venezuela.

Creo en lo personal que esta voz imparcial está representada por el pastor Bertucci, quien tiene, de parte de Dios muchas cosas qué declarar a la iglesia, a la clase política y al país en general. El ruedo está representado por la Asamblea Nacional, antiguo congreso de la república, lugar donde se legisla y se supervisa la administración pública gubernamental, pero a la par es el centro del debate político, de la divergencia de opiniones y del enfrentamiento ideológico, elementos que en los últimos 21 han sido la razón y expresión del resquebrajamiento nacional, un lugar donde lamentablemente la crisis se ha repotenciado tanto con oficialistas como con opositores y donde el desencuentro ha estado a la orden del día. La lucha en ese lugar, si se quiere ha sido sin cuartel, con ribetes extremistas donde la sordera entre las partes ha privado y la falta de respuestas y soluciones ha sido la conclusión de tanta animosidad colectiva.

Este es el escenario que ha caracterizado a la Asamblea Nacional; no le ha servido al interés nacional sino al interés parcial y egoísta, exacerbando la aguda crisis que vive la nación venezolana. Este es el escenario en que incursionarán el pastor Bertucci y los diputados de El Cambio. Es este el lugar donde el pastor ha de llevar el mensaje del propósito de Dios tanto a los asambleístas como al país en general. Un mensaje que ha de confrontar las actitudes, posturas y comportamientos de los personeros políticos tanto de uno como de otro sector. Un mensaje que ha de increpar sobre la innecesaria confrontación y reyerta, que ha de señalar la esterilidad de posturas confrontacionales, una palabra que llamará a la conciliación de posturas frente al hecho cierto de que hay un país que se encuentra paralizado por la diatriba y que demanda soluciones a su agudo padecimiento y que no soporta más que la clase política esté enfrascada en peleas de grupos mientras el país está gravemente desatendido. Conociendo el espíritu del pastor Bertucci, sabemos que él va a llamar a un entendimiento entre las partes, va a procurar fungir de árbitro imparcial a favor de que los factores se pongan de acuerdo para enfocarse de modo real y concreto en la problemática que aqueja a la vida nacional. Creo que va a ser una voz estentórea de parte de Dios dando testimonio y llamando a reconciliación a la nación entera. Para esta tarea, el hombre de Dios necesita al Señor y su unción, como única manera para remover los cimientos de dirigentes ensoberbecidos, contrapuestos y que creen que después de ellos, el abismo.

En lo personal, pienso que quienes se resistan quedarán rezagados en el camino, Dios los apartará (ya comenzó a hacerlo), porque será evidente que Dios cortará la sabiduría de los engreídos y de todos aquellos que se opongan al plan de Dios. Se avecinan hechos inesperados, sobrenaturales para algunos, donde el país todo dará testimonio de la actuación providencial de Dios y el pastor estará en medio del ruedo como lo declaró el Señor en la vieja profecía y “días de gloria” vendrán para esta nación.

Lcdo. Edgar Soto R.